En el año de 1956, un pequeño grupo de profesores de la
Universidad Central, sólidamente unidos por intereses comunes educativos y una
leal y solidaria amistad, empezaron una serie de estudios sobre la realidad
educativa del Ecuador.
La Fundación Fabián Jaramillo Dávila, el afirmar que en
cerca de 50 años de funcionamiento del plantel, nunca ha habido problema en la
economía.
Sería un honor para el grupo de maestros a los maestros de
este pequeño colegio, confirmando así, el principio de que la educación es un
alto bien humano y de ninguna manera una mercancía.